jueves, 6 de enero de 2011

Loros y cotorras se expanden por Barcelona


Cotorras de Kramer en Barcelona, W.Commons

Barcelona acoge en su paisaje urbano a siete especies de loros y cotorras que se han aclimatado en la ciudad hasta criar con naturalidad. Estas simpáticas pero ruidosas aves empiezan a percibirse como plaga cuando se reproducen en exceso y se expanden hacia zonas agrarias.

A las habituales y ubicuas cotorras argentinas, observables desde hace dos décadas cerca de cualquier palmera, se han sumado en los últimos años otras cinco psitácidas, como se llaman técnicamente los miembros de esta vistosa familia de aves. Según el ornitólogo Ricardo Ramos, la última ha sido la cotorra de Nanday (Nandayus nenday) que pueden verse formando grupos de 5 a 10 individuos.


Las nuevas psitácidas aún son escasas, pero ya están documentadas tanto por el Institut Català d'Ornitologia (ICO) como por la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife). Además de la cotorra de Nanday, las especies con reproducción segura son la cotorra de Kramer -con presencia constante desde hace al menos tres décadas- y la cotorra de cabeza azul (Aratinga acuticaudata), la cotorra mitrada (Aratinga mitrata), la cotorra de máscara roja (Aratinga erythrogenys) y el lorito del Senegal (Poicepahlus senegalus).

También hay constancia de ejemplares sueltos de diversos periquitos, cacatúas y loros agapornis, aunque sin reproducción. En cuanto a cotorras argentinas, su población se estima en 2.000-3.000 individuos.

Los loros y las cotorras sobreviven con cierta facilidad porque han desarrollo unos hábitos alimentarios poco selectos. Comen sobre todo dátiles y frutos del almez, pero pueden alimentarse igualmente de restos de alimentos humanos, de corteza de eucalipto y hasta de bayas del ciprés. Otro factor determinante en su expansión es la ausencia de depredadores, que tan sólo es el escaso halcón peregrino.

A parte de sus gritos estridentes y las molestias que pueden generar sus enormes nidos, las cotorras se convierten en plaga cuando se reproducen en exceso y se expanden hacia zonas agrarias, como empieza a suceder en algunos cultivos del Baix Llobregat.

Barcelona es la ciudad europea con un mayor número de variedades de reproducción segura. Todas las psitácidas son ejemplares escapados de jaulas particulares o liberados inconscientemente, más sus descendientes. Joan Carles Fernández Ordóñez, especialista en aves exóticas de SEO-Birdlife, recuerda que el fenómeno de Barcelona es común a otras grandes ciudades mediterráneas y considera que la gran diversidad puede obedecer simplemente a que hay más compradores caprichosos. No obstante, no descarta la influencia que puede tener la presencia de un puerto y un aeropuerto importantes, así como de parques urbanos con muchos árboles exóticos.
Fuente: El Periódico
Fuente: Higiene Ambiental

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