
La insistencia de las palomas y la inteligencia de las gaviotas, por regresar a su "hábitat" acaba por minar la moral de los vecinos con el agravante que además se han gastado unos euros. Además una instalación mal realizada conlleva que las aves sufran, puesto que a menudo se enredan en redes poco tensas, se encallan en huecos o incluso pueden dañarse con los pinchos, que para que estén bien instalados no deben dar la oportunidad a la ave de posarse.

Ejemplo de una mala instalación, hecha por alguien no experto y que naturalmente tuvimos que retirar y realizar un nuevo planteamiento.
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